Cuando tu bebé cambia a otro tipo de alimentación, es normal que su cuerpo y sus intestinos necesiten un tiempo para acostumbrarse. Cada bebé tiene un patrón único de deposiciones: el color, la consistencia y la frecuencia pueden variar. Las deposiciones pueden ir de amarillo a marrón o verde, de suaves a más firmes, y de varias veces al día a solo una vez cada cuatro días. Todo esto es normal, siempre que tu bebé se sienta cómodo.
Al cambiar de lactancia materna a fórmula o al cambiar de marca o tipo de fórmula, las deposiciones pueden cambiar. Pueden volverse temporalmente más firmes o incluso ausentarse durante algunos días. Esto no es motivo de preocupación; los intestinos simplemente necesitan tiempo para adaptarse. Generalmente, esto se resuelve por sí solo en pocos días. Si las deposiciones no ocurren durante más de cinco días, consulta con el pediatra.
Si notas que tu bebé sigue teniendo cólicos, llora mucho y tiene dificultades para hacer deposiciones después de dos semanas, podría haber estreñimiento. La hidratación extra puede ayudar. Puedes agregar un poco más de agua (aproximadamente un 10%) a la fórmula o darle pequeñas cantidades de agua entre las tomas.
Un período de adaptación de unas dos semanas es normal al cambiar de alimentación. Durante este tiempo pueden aparecer cólicos e incomodidad, pero generalmente esto desaparecerá por sí solo. Dale tiempo a tu bebé para que se acostumbre.
¿Tu bebé tiene alergia diagnosticada a la leche de vaca? Entonces la leche de cabra no es una alternativa adecuada. Si tienes dudas sobre una alergia o sensibilidad, es recomendable consultar con el pediatra o el centro de salud infantil.
Los cambios en las deposiciones y un corto período de adaptación son completamente normales. Mientras tu bebé no tenga molestias, no hay motivo para preocuparse. ¡Confía en la capacidad de adaptación de tu pequeño y dale el tiempo que necesita!