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Días de Crecimiento

¿Has notado que tu bebé está inquieto, llora mucho y pide alimento constantemente? Esto puede ser un signo de un día de crecimiento. Los días de crecimiento son una parte normal del desarrollo de tu bebé y suelen ocurrir en momentos específicos. A continuación, encontrarás todo lo que necesitas saber sobre los días de crecimiento, cómo reconocerlos y cómo manejarlos.

¿Qué son los días de crecimiento?

Los días de crecimiento son períodos en los que tu bebé necesita más alimento de lo habitual. Esto ocurre porque está creciendo y desarrollándose, lo que requiere más energía. Los días de crecimiento son un proceso natural en el que se restablece el equilibrio entre las necesidades de tu bebé y la cantidad de leche materna (si amamantas) o fórmula.

Los días de crecimiento suelen ocurrir alrededor de las siguientes edades:
• 10 días
• 3 semanas
• 6 semanas
• 3 meses

Además de estos momentos fijos, los días de crecimiento también pueden ocurrir después de un período de estrés o si tú, como madre, has estado enferma.

Cómo reconocer los días de crecimiento

Puedes identificar los días de crecimiento por los siguientes signos:

Mayor demanda de alimento
Tu bebé parece insaciable. Mientras antes comía cada tres horas, ahora puede pedir alimento cada hora. Presta atención a las señales de hambre, como chuparse las manitas o hacer sonidos de succión.

Inquietud y necesidad de apego
Tu bebé quiere estar contigo todo el tiempo y puede mostrarse irritable e inquieto. Procesar la alimentación extra y atravesar un período de crecimiento requiere mucha energía.

Problemas para dormir
Los días de crecimiento también pueden afectar el sueño. Es posible que tu bebé se despierte con más frecuencia, incluso por la noche.

El consuelo no funciona
Mecerlo o cambiarle el pañal no parece aliviarlo. Solo volver a alimentarlo lo calma.

Días de crecimiento y alimentación en racimos (Cluster Feeding)

Durante los días de crecimiento, no solo cambia la cantidad de alimento, sino también el tiempo entre las tomas. Esto puede parecerse a la alimentación en racimos, en la que el bebé toma varias veces en un período corto. La diferencia es que los días de crecimiento son una fase temporal, mientras que la alimentación en racimos suele ser un patrón diario, por ejemplo, en la tarde o en la noche.

Días de crecimiento y alimentación con biberón

Los días de crecimiento no ocurren solo en bebés que son amamantados. Los bebés que toman fórmula también tienen períodos de crecimiento. Si notas que tu bebé pide alimento con más frecuencia, puedes ofrecerle biberones más pequeños cada dos horas. Esto evita una sobrealimentación y ayuda a prevenir el sobrepeso. Si tienes dudas, siempre puedes consultar con un profesional de salud.

¿Tu bebé no tiene hambre, pero parece necesitar succionar? Considera usar una tetina con un orificio más pequeño para que tarde más en beber del biberón.

Consejos para afrontar los días de crecimiento

Los días de crecimiento pueden ser desafiantes, pero estos consejos te ayudarán a sobrellevarlos:

Sigue el ritmo de tu bebé
Tómate el tiempo necesario y aliméntalo cuando lo necesite.

Mantén a tu bebé cerca de ti
Usa un portabebés o fular. El contacto piel con piel calma a tu bebé y te ayuda a reconocer mejor sus señales de hambre.

Cuida de ti misma
Descansa, come bien y mantente hidratada. Cuidar de tu bebé durante los días de crecimiento también requiere energía extra de tu parte.

Tómalo con calma
Date tiempo a ti y a tu bebé. Estos días pueden ser intensos, pero también son momentos valiosos de cercanía y conexión.

Los días de crecimiento pasarán

La duración de los días de crecimiento varía según el bebé y la etapa. Generalmente duran entre uno y dos días, pero a veces hasta una semana. A medida que tu bebé crece, estos períodos pueden volverse más largos.

Confía en ti misma

¿Dudas de tu producción de leche o te preocupa la alimentación de tu bebé? Recuerda que el aumento en la demanda es una señal natural para que tu cuerpo produzca más leche. Si usas fórmula, puedes ofrecer un poco más, pero siempre presta atención a las necesidades de tu bebé. Si tienes dudas, consulta con un especialista, como una asesora de lactancia o un profesional de salud infantil.